«Porque de tal manera amó Dios al mundo, que dio a Su Hijo unigénito,
para que todo aquel que cree en Él, no se pierda, sino que tenga vida eterna». – Juan 3:16

4.7 El Reino De Dios

(Su Ciudadanía está en el Cielo)

Jesús le respondió: «Mi reino no es de este mundo». – Juan 18:36

La Biblia nos habla de un “Reino de Dios” y Su Cristo. Las expresiones “Reino de los Cielos” y “Reino de Dios” son sinónimos y, en muchos sentidos, la Biblia equipara el Reino con la Iglesia. Hermano o hermana en Cristo, no se deje engañar; usted está en el “Reino de los Cielos” ahora mismo, hoy, este mismo día; ¡no es un “futuro reino milenario terrenal” aún por venir! El “Reino de Dios” coincide con esta era de la gracia, este período del evangelio y la era de la iglesia, y continuará hasta que Jesús regrese del cielo “de la misma manera que le hemos visto ir al cielo”: literal, visible y también “en Su gloria” “con Sus poderosos ángeles en llama de fuego” para que todos lo vean en el gran Día del Juicio.

El Reino se conoce por varios nombres:

  • El Reino de Dios (62 veces)
  • El Reino de los Cielos (32 veces)
  • El Reino de Mi Padre (Mateo 26:29),
  • Mi Reino (Lucas 22:30),
  • El Reino del Hijo del Hombre (Mateo 13:41),
  • El Reino de Jesús (Apocalipsis 1:9),
  • El Reino de Cristo Jesús (2 Timoteo 4:1),
  • El Reino de Cristo y Dios (Efesios 5:5),
  • El Reino de Nuestro Señor y Su Cristo (Apocalipsis 11:15),
  • El Reino de Nuestro Dios y la Autoridad de Su Cristo (Apocalipsis 12:10),
  • El Reino de Su Hijo Amado (Colosenses 1:13)

UNA VEZ MAS, MUCHAS FALSAS ENSEÑANZAS

Me doy cuenta de que es muy cansador (de hecho, agotador) tener que confrontar constantemente las falsas enseñanzas, pero debemos continuar haciéndolo mientras “luchamos ardientemente por la fe que fue una vez dada a los santos”. Entonces, una vez más, encontrará enseñanzas falsas desenfrenadas y generalizadas hoy en día sobre el “Reino de Dios”. Estas falsas enseñanzas vienen bajo los nombres de “premilenialismo dispensacional” o “rapto pre-tribulación” (y sus permutaciones relacionadas y falsas enseñanzas como el “Tercer Templo”), que afirman que Jesús regresará para reinar en la tierra en un “reinado milenial terrestre de 1000 años” desde la ciudad literal de Jerusalén y que todo esto todavía será en algún momento en el futuro. Estas falsas enseñanzas niegan que su propio Señor y Rey esté gobernando y reinando ahora mismo en Su Reino, hoy, este mismo día desde el cielo, sentado en el “trono de Su padre David”. Estas falsas enseñanzas buscan solo las agendas y esquemas nacionalistas, políticos y económicos del hombre, no las cosas de Cristo. Estas falsas enseñanzas también contradicen las mismas declaraciones de Jesús.

UN REINO ESPIRITUAL

El Reino es mucho más espiritual que físico; se entiende espiritualmente (como el libro de Apocalipsis), y a menos que uno nazca de nuevo, no puede ver (ni entender) ni entrar en el Reino de Dios. Jesús está en medio de nosotros y, por lo tanto, el Reino está “en medio de ustedes”, porque donde está Jesús, allí también está el Reino. Donde esta el Rey, allí tambien esta el Reino. Con Cristo morando en nuestros corazones, nuevamente está el Reino entre (y dentro de) nosotros y dentro de la Iglesia – el Reino está en el corazón de cada creyente.

Los judíos de la época de Jesús buscaban y esperaban que Él estableciera un reino literal, físico, terrestre donde Israel se liberaría de la ocupación romana y gobernaría con Jesús como rey. Jesús trató de corregir su concepto erróneo cuando declaró clara e inequívocamente que Su reino no era un reino terrenal (“mi reino no es de este mundo”) y que no vendrá con “señales para observar” (es decir, que será un reino espiritual, que no es “de este reino”), y que está “en medio de ustedes” (es decir, entre nosotros, el cuerpo de creyentes en Cristo):

Jesús le respondió: «Mi reino no es de este mundo. Si Mi reino fuera de este mundo, entonces Mis servidores pelearían para que Yo no fuera entregado a los judíos. Pero ahora Mi reino no es de aquí». – Juan 18:36

Habiendo preguntado los fariseos a Jesús cuándo vendría el reino de Dios, Él les respondió: «El reino de Dios no viene con señales visibles, ni dirán: “¡Miren, aquí está!” o: “¡Allí está!”. Porque, el reino de Dios está entre ustedes». – Lucas 17:20-21

Esas declaraciones claras y directas de Cristo no se pueden torcer para que signifiquen nada más que lo que dicen.

También vemos arriba que Cristo dijo que el Reino está entre aquellos que lo siguen (es decir, compuesto por, dentro, entre ustedes, “en medio de ustedes”, la Iglesia). Si se quiere, el “Reino de Dios” puede describirse como una Monarquía Espiritual con Cristo como Rey. El Reino tiene dos reinos, o naturalezas: 1) es celestial y arriba donde Cristo gobierna y reina, y 2) también está entre nosotros, el cuerpo mundial de creyentes, el cuerpo de Cristo, que es también la “Iglesia de Cristo” y “en donde también Cristo mora” mientras Él reina en los corazones de los creyentes.

Además, el “Reino de los Cielos” ha de perdurar por la eternidad, por lo que no debemos esperar otro llamado “reino milenial” futuro, y se manifestará plenamente cuando todas las cosas sean hechas nuevas:

Tu reino es reino por todos los siglos,
Y Tu dominio permanece por todas las generaciones. – Salmos 145:13

Pues de esta manera les será concedida ampliamente la entrada al reino eterno de nuestro Señor y Salvador Jesucristo. – 2 Pedro 1:11

«Seguí mirando en las visiones nocturnas,
Y en las nubes del cielo
Venía uno como un Hijo de Hombre,
Que se dirigió al Anciano de Días
Y fue presentado ante Él.
Y le fue dado dominio,
Gloria y reino,
Para que todos los pueblos, naciones y lenguas
Le sirvieran.
Su dominio es un dominio eterno
Que nunca pasará,
Y Su reino uno
Que no será destruido». – Daniel 7:13-14

EL REINO ES AHORA (¡Jesús Ya Está Gobernando y Reinando!)

Ya ha leído en el capítulo sobre el venidero gran Día del Juicio que cuando Jesús regrese, no será para un reinado adicional de “milenio de 1000 años” aquí en la tierra; no, el gran Día del Juicio habrá llegado, porque escrito está:

Pero ahora Cristo ha resucitado de entre los muertos, primicias de los que durmieron. Porque ya que la muerte entró por un hombre, también por un hombre vino la resurrección de los muertos. Porque así como en Adán todos mueren, también en Cristo todos serán vivificados.

Pero cada uno en su debido orden: Cristo, las primicias; luego los que son de Cristo en Su venida. Entonces [al regreso de Cristo] vendrá el fin, cuando Él entregue el reino al Dios y Padre, después que haya terminado con todo dominio y toda autoridad y poder. Pues Cristo debe reinar hasta que haya puesto a todos Sus enemigos debajo de Sus pies. Y el último enemigo que será eliminado es la muerte. – 1 Corintios 15:20-26

Juan el Bautista había predecido la llegada del reino al comienzo del ministerio de Jesús (es decir, el reino ya estaba “a la mano”, cerca), y Jesús repitió el mismo mensaje:

En aquellos días llegó Juan el Bautista predicando en el desierto de Judea, diciendo: «Arrepiéntanse, porque el reino de los cielos se ha acercado». – Mateo 3:1-2

Desde entonces Jesús comenzó a predicar: «Arrepiéntanse, porque el reino de los cielos se ha acercado». – Mateo 4:17

Las Escrituras también nos dicen que Cristo recibiría Su reino (y por lo tanto comenzaría Su gobierno y reinado) después de ascender al Padre:

«En los días de estos reyes, el Dios del cielo levantará un reino que jamás será destruido, y este reino no será entregado a otro pueblo. Desmenuzará y pondrá fin a todos aquellos reinos, y él permanecerá para siempre». – Daniel 2:44

“En los días de estos reyes” se refiere al cuarto reino del sueño de Daniel, que se identifica con el Imperio Romano, que también corresponde a cuando Jesús vivió en la tierra. Ascendió al Padre desde el Monte de los Olivos cuarenta días después de haber resucitado de entre los muertos:

Después de haber dicho estas cosas, fue elevado mientras ellos miraban, y una nube lo recibió y lo ocultó de sus ojos. Mientras Jesús ascendía, estando ellos mirando fijamente al cielo, se les presentaron dos hombres en vestiduras blancas, que les dijeron: «Varones galileos, ¿por qué están mirando al cielo? Este mismo Jesús, que ha sido tomado de ustedes al cielo, vendrá de la misma manera, tal como lo han visto ir al cielo». – Hechos 1:9-11

Después de su ascensión, Jesús estaba “sentado a la diestra de Dios” el Padre en el cielo, y Él está gobernando y reinando ahora mismo (y “quien también intercede por nosotros” ante el Padre, porque Él es “un [único] mediador entre Dios y los hombres”):

Ese poder obró en Cristo cuando lo resucitó de entre los muertos y lo sentó a Su diestra en los lugares celestiales, muy por encima de todo principado, autoridad, poder, dominio y de todo nombre que se nombra, no solo en este siglo sino también en el venidero. – Efesios 1:20-21

Cristo Jesús es el que murió, sí, más aún, el que resucitó, el que además está a la diestra de Dios, el que también intercede por nosotros. – Romanos 8:34

Por lo cual Él también es poderoso para salvar para siempre a los que por medio de Él se acercan a Dios, puesto que vive perpetuamente para interceder por ellos. – Hebreos 7:25

Porque hay un solo Dios, y también un solo Mediador entre Dios y los hombres, Cristo Jesús hombre. – 1 Timoteo 2:5

Jesús dijo que algunos de Sus discípulos lo verían “venir en Su reino” antes de morir y que el Reino llegaría visiblemente y “con poder”:

«En verdad les digo que hay algunos de los que están aquí que no probarán la muerte hasta que vean al Hijo del Hombre venir en Su reino». – Mateo 16:28

Y Jesús les decía: «En verdad les digo que hay algunos de los que están aquí que no probarán la muerte hasta que vean el reino de Dios después de que haya venido con poder». – Marcos 9:1

Esta venida en poder (y por lo tanto verlo a Él en Su Reino) se cumplió en Pentecostés cuando el Espíritu Santo fue derramado:

«…porque Juan bautizó con agua, pero ustedes serán bautizados con el Espíritu Santo dentro de pocos días». – Hechos 1:5

«…pero recibirán poder cuando el Espíritu Santo venga sobre ustedes; y serán Mis testigos en Jerusalén, en toda Judea y Samaria, y hasta los confines de la tierra». – Hechos 1:8

Cuando llegó el día de Pentecostés, estaban todos juntos en un mismo lugar, y de repente vino del cielo un ruido como el de una ráfaga de viento impetuoso que llenó toda la casa donde estaban sentados. Se les aparecieron lenguas como de fuego que, repartiéndose, se posaron sobre cada uno de ellos. Todos fueron llenos del Espíritu Santo y comenzaron a hablar en otras lenguas, según el Espíritu les daba habilidad para expresarse. – Hechos 2:1-4

Además, leemos a otros escritores inspirados (Pablo y Juan) afirmando que ya eran “copartícipes” y sacerdotes en el Reino. Esto fue escrito antes de los años 81-90 d.C., por lo que, si el Reino ya estaba en vigor entonces, seguramente lo está ahora (no en algún futuro “reinado milenial terrenal”):

…y de parte de Jesucristo, el testigo fiel, el primogénito de los muertos y el soberano de los reyes de la tierra. Al que nos ama y nos libertó de nuestros pecados con Su sangre, e hizo de nosotros un reino, sacerdotes para Dios, Su Padre, a Él sea la gloria y el dominio por los siglos de los siglos. Amén. – Apocalipsis 1:5-6

Yo, Juan, hermano de ustedes y compañero en la tribulación, en el reino y en la perseverancia en Jesús, me encontraba en la isla llamada Patmos, por causa de la palabra de Dios y del testimonio de Jesús. – Apocalipsis 1:9

Porque Él nos libró del dominio de las tinieblas y nos trasladó al reino de Su Hijo amado, en quien tenemos redención: el perdón de los pecados. – Colosenses 1:13-14

EL REINO – ACTUAL Y FUTURO

Muchos no están seguros si el “Reino de Dios” está aquí ahora o será en el futuro y si está en la tierra o en el cielo. En realidad, abarca todo eso, porque el “Reino de Dios” tiene varios aspectos o reinos:

  1. Aquí y ahora: El estado actual del Reino es el pueblo de Dios en la tierra, que es la iglesia bajo la dispensación del evangelio (que también se describe como “la novia de Cristo”) y bajo el liderazgo y autoridad de Cristo para Cristo está reinando ahora mismo, y
  2. Futuro celestial: El estado futuro después del regreso de Jesús será un reino celestial, cuando “Él enjugará toda lágrima” y no habrá más pecado, sufrimiento o muerte. Esto se describe maravillosamente (usando simbolismo) en los capítulos finales del libro de Apocalipsis (ver el capítulo Todas las Cosas Hechas Nuevas).

También debe notarse que la ciudad de la “Nueva Jerusalén” descrita en Apocalipsis no es una ciudad literal en la tierra sino una representación simbólica del “Reino de Dios” celestial (es decir, el “Reino de los Cielos”) y la iglesia (referida nuevamente como la “novia de Cristo”) donde el pueblo de Dios mora junto con Él. La “Nueva Jerusalén” también equipara a “la novia de Cristo” (es decir, la iglesia).

EL LOBO MORARÁ CON EL CORDERO

Los versículos de Isaías 11:6-9 son quizás algunos de los versículos más malinterpretados de toda la Biblia:

El lobo morará con el cordero,
Y el leopardo se echará con el cabrito.
El becerro, el leoncillo y el animal doméstico andarán juntos,
Y un niño los conducirá.
La vaca con la osa pastará,
Sus crías se echarán juntas,
Y el león, como el buey, comerá paja.
El niño de pecho jugará junto a la cueva de la cobra,
Y el niño destetado extenderá su mano sobre la guarida de la víbora.
No dañarán ni destruirán en todo Mi santo monte,
Porque la tierra estará llena del conocimiento del Señor
Como las aguas cubren el mar. – Isaías 11:6-9

Estos versículos se usan para apoyar falsas enseñanzas sobre el reino (es decir, que aún es futuro y terrenal). El error cometido está en forzar una interpretación literal de los versículos. La Biblia a menudo se refiere a los diversos tipos (caracteres, naturalezas) del hombre usando el simbolismo de los animales. Jesús mismo fue descrito como un “cordero”. Pablo, cuando estaba persiguiendo a la iglesia primitiva, fue descrito como un “lobo”, y los falsos maestros también son descritos como “lobos”, porque devoran las “ovejas” del Señor (los verdaderos cristianos). Los gobernantes religiosos hipócritas de los días de Jesús fueron descritos como una “guarida de víboras”.

Estos versículos significan que bajo la era de la gracia del evangelio del Nuevo Testamento (esta era de la iglesia en este momento), aquellos que aceptan y permanecen en Cristo vivirán todos juntos en paz como hermanos y hermanas. Los que por naturaleza eran “lobos”, después de la conversión al aceptar a Cristo, llegarán a ser como “corderos”; al igual que el apóstol Pablo después de convertirse en el camino a Damasco, pasó de perseguir (e incluso matar) a los cristianos a vivir en paz con ellos. Estos versículos no significan que habrá un “reinado milenial de Cristo” literal en la Tierra donde los lobos literales yacerán junto a los corderos literales. Lo mismo ocurre con el resto del pasaje de Isaías.

SOMOS COPARTÍCIPES Y SACERDOTES EN SU REINO (es decir, EDIFICADORES DEL REINO)

La profecía del libro de Daniel también es abusada, distorsionada y torcida para apoyar las agendas políticas terrenales del hombre, pero no se dejen engañar. Las “setenta semanas” de las profecías de Daniel se cumplieron por completo en el tiempo de Cristo, porque Cristo murió (fue “cortado”, es decir, crucificado) por sus pecados a la mitad de la semana 70 como se establece en el libro de Daniel y cumpliendo la profecía. No queda ninguna semana de años “faltante” (la llamada “gran tribulación del Anticristo de 7 años”) antes de que se establezca el reino de Cristo.

Cuando Jesús obtuvo la victoria sobre el pecado, Satanás y la muerte (lo que hizo en la cruz a través de Su propia muerte y resurrección), ascendió de regreso al cielo (de donde vino) para comenzar Su gobierno y reinar en el Reino de Dios, que comenzó el día de Pentecostés cuando el Espíritu Santo fue derramado “con poder” como manifestación visible de la llegada del reino. La profecía del libro del Antiguo Testamento de Daniel 2 afirma que surgirán una serie de reinos terrenales (Babilonia, Media/Persia, Grecia y el Imperio Romano) y que el reino de los cielos y nuestro Señor Jesucristo se establecerán durante los días de “aquellos reyes”. De hecho, fue durante la época del Imperio Romano que Cristo nació, vivió, murió y resucitó. Fue en ese momento que Cristo ascendió para estar “[sentado] a la diestra de Dios” en el cielo, “por encima de todo principado, autoridad, poder, dominio”. También fue en ese momento que Satanás, el “príncipe [gobernante] de este mundo”, fue “arrojado [fuera]” y Cristo comenzó Su gobierno eterno y reinado como “Rey” y “Sumo Sacerdote” por toda la eternidad en Su Reino, que “un reino que jamás será destruido, y este reino no será entregado a otro pueblo. Desmenuzará y pondrá fin a todos aquellos reinos, y él permanecerá para siempre”,

Al contrario de lo que pueda parecerles a muchos en este mundo caído, Satanás ya no está a cargo; Cristo lo está. Satanás fue “echado fuera” como “príncipe de este mundo” por Cristo cuando fue victorioso sobre el pecado y la muerte en la cruz. Sin embargo, Cristo aún no ha regresado y el juicio aún no ha ocurrido, únicamente porque Jesús está dando más tiempo para que los perdidos vengan a Él y reciban el regalo de la vida eterna.

Entonces, hermano o hermana en Cristo, sepa que todos los verdaderos creyentes en el Señor Jesucristo son “sacerdotes” con Él en Su reino este mismo día, y sí, aún más, ¡somos “embajadores de Cristo”! No es solo el trabajo de su “Pastor” guiar a otros a Cristo; es su trabajo ¡Usted también es sacerdote! De hecho, los títulos de líderes de la Iglesia moderna que han surgido en varias denominaciones del llamado “cristianismo” (por ejemplo, un solo “Pastor”, “Cardenal”, “Obispo”, “Papa”, “Padre”, “Reverendo”, etc.) han deformado tanto la naturaleza verdadera, básica y simple del mensaje del evangelio que no es de extrañar que muchos cristianos hoy en día estén perdidos y confundidos. Así que enfóquese en la obra de su Señor y Rey y compart el mensaje del evangelio con alguien hoy.

Usted es un constructor del reino, un compañero sacerdote en el reino, así que de un paso adelante con confianza y audacia, compartiendo a Cristo con los perdidos. Estamos llamados a estar siempre en los asuntos de nuestro Señor y Rey, que es ayudar a construir Su reino. Hacemos esto al obedecer uno de los mandamientos de Cristo, que es “predicar [compartir] el evangelio a toda criatura (todos)”. Un cristiano no está llamado a preocuparse, ni a participar y enredarse en los asuntos mundanos y asuntos como la política y las agendas del hombre. Debemos enfocarnos en lo que Cristo nos ha mandado hacer, que es alcanzar a los perdidos. Al desperdiciar nuestro tiempo y energía preocupándonos, participando y discutiendo sin cesar sobre asuntos mundanos o políticos, no estamos dando lo mejor de nosotros a lo que es lo más importante. Además, tenga en cuenta que no podemos ser constructores del reino a menos que ya exista un reino. Por lo tanto, miremos a nuestro Señor y Rey con confianza, sabiendo que Él es justo y verdadero, “siempre abundando en la obra del Señor”.

EL REINO CRECE PARA LLENAR LA TIERRA

El reino de los cielos crecerá de una pequeña “semilla de mostaza” para llenar toda la tierra, a medida que el evangelio sea predicado a toda criatura (a todos):

Otra parábola les contó Jesús: «El reino de los cielos es semejante a un grano de mostaza, que un hombre tomó y sembró en su campo, y que de todas las semillas es la más pequeña; pero cuando ha crecido, es la mayor de las hortalizas, y se hace árbol, de modo que las aves del cielo vienen y anidan en sus ramas». – Mateo 13:31-32

«…y este reino no será entregado a otro pueblo. Desmenuzará y pondrá fin a todos aquellos reinos, y él permanecerá para siempre». – Daniel 2:44

Acontecerá en los postreros días,
Que el monte de la casa del Señor
Será establecido como cabeza de los montes.
Se alzará sobre los collados,
Y confluirán a él todas las naciones.
Vendrán muchos pueblos, y dirán:
«Vengan, subamos al monte del Señor,
A la casa del Dios de Jacob,
Para que nos enseñe acerca de Sus caminos,
Y andemos en Sus sendas».
Porque de Sión saldrá la ley,
Y de Jerusalén la palabra del Señor.
Él juzgará entre las naciones,
Y hará decisiones por muchos pueblos.
Forjarán sus espadas en rejas de arado,
Y sus lanzas en podaderas.
No alzará espada nación contra nación,
Ni se adiestrarán más para la guerra. – Isaías 2:2-4

Este Reino también se conoce como el Monte Sión, el monte santo del Señor, que se levantará en “los últimos días” (que es esta era de la iglesia y esta era de gracia bajo Cristo en la que ahora vivimos) y que crece para llenar toda la tierra:

Y sucederá en los últimos días
Que el monte de la casa del Señor
Será establecido como cabeza de los montes;
Se elevará sobre las colinas,
Y correrán a él los pueblos.
Vendrán muchas naciones y dirán:
«Vengan y subamos al monte del Señor,
A la casa del Dios de Jacob,
Para que Él nos instruya en Sus caminos,
Y nosotros andemos en Sus sendas».
Porque de Sión saldrá la ley,
Y de Jerusalén la palabra del Señor.
Él juzgará entre muchos pueblos,
Y enjuiciará a naciones poderosas y lejanas;
Entonces forjarán sus espadas en rejas de arado
Y sus lanzas en podaderas.
No alzará espada nación contra nación,
Ni se adiestrarán más para la guerra.
Cada uno se sentará bajo su parra
Y bajo su higuera,
Y no habrá quien los atemorice,
Porque la boca del Señor de los ejércitos ha hablado.
Aunque todos los pueblos anden
Cada uno en el nombre de su dios,
Nosotros andaremos
En el nombre del Señor nuestro Dios para siempre.

«En aquel día», declara el Señor,
«Reuniré a la coja
Y recogeré a la perseguida,
A las que Yo había maltratado.
Haré de la coja un remanente,
Y de la perseguida una nación fuerte.
Y el Señor reinará sobre ellos en el monte Sión
Desde ahora y para siempre.
Y tú, torre del rebaño,
Colina de la hija de Sión,
Hasta ti vendrá,
Vendrá el antiguo dominio,
El reino de la hija de Jerusalén. – Miqueas 4:1-8

El Reino crece a medida que avanzamos con confianza, audacia y perseverancia, y continuamos compartiendo “el mensaje de la verdad” del evangelio con aquellos que están perdidos. Sepa sin ninguna duda que el Reino de nuestro Señor y Salvador avanza cada día, y nada bajo el sol, en la tierra, debajo de la tierra, en los cielos, ni las artimañas del hombre o de Satanás lo pueden detener. La victoria ya ha sido asegurada (tiempo pasado).

Nota: Esto de ninguna manera indica que habrá una “paz en la tierra” generalizada antes del regreso de Cristo, una llamada “edad de oro” del cristianismo, que es otra enseñanza falsa de los “lobos rapaces” llamada “postmilenialismo dispensacional”.

EL REINO CELESTIAL DE LA GLORIA REVELADO

El Reino celestial será completamente revelado en gloria el Día del Juicio al regreso de Cristo:

«Pero cuando el Hijo del Hombre venga en Su gloria, y todos los ángeles con Él, entonces Él se sentará en el trono de Su gloria; y serán reunidas delante de Él todas las naciones; y separará a unos de otros, como el pastor separa las ovejas de los cabritos. Y pondrá las ovejas a Su derecha y los cabritos a la izquierda.

»Entonces el Rey dirá a los de Su derecha: “Vengan, benditos de Mi Padre, hereden el reino preparado para ustedes desde la fundación del mundo”». – Mateo 25:31-34

Solo los santos del Antiguo Testamento y aquellos que han nacido de nuevo del Espíritu según las instrucciones dadas en el Nuevo Testamento (y como se explica correctamente en este libro) que han permanecido fieles hasta la muerte, siendo obedientes a los mandamientos de Dios y Su Cristo, y no hallado ocioso se le permitirá la entrada al Reino eterno. Está escrito que “muchos” serán apartados de las mismas puertas del cielo y de la eternidad misma:

»No todo el que me dice: “Señor, Señor”, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de Mi Padre que está en los cielos. Muchos me dirán en aquel día: “Señor, Señor, ¿no profetizamos en Tu nombre, y en Tu nombre echamos fuera demonios, y en Tu nombre hicimos muchos milagros?”. Entonces les declararé: “Jamás los conocí; apártense de Mí, los que practican la iniquidad”.

»Por tanto, cualquiera que oye estas palabras Mías y las pone en práctica, será semejante a un hombre sabio que edificó su casa sobre la roca; y cayó la lluvia, vinieron los torrentes, soplaron los vientos y azotaron aquella casa; pero no se cayó, porque había sido fundada sobre la roca.

»Todo el que oye estas palabras Mías y no las pone en práctica, será semejante a un hombre insensato que edificó su casa sobre la arena; y cayó la lluvia, vinieron los torrentes, soplaron los vientos y azotaron aquella casa; y cayó, y grande fue su destrucción». – Mateo 7:21-27

Es por eso que este libro ha reforzado constantemente la necesidad de que el creyente en Cristo comprenda que nacer de nuevo es solo el primer paso en su peregrinaje cristiano. Un cristiano también debe ser obediente a los mandatos de Cristo, ser activo y trabajar en el Reino de Dios (es decir, no ser un mero profesante de la palabra, sino un “hacedor” de la palabra – “dar fruto”, “buenas obras”), y también perseverar en la fe hasta la muerte. Debemos prestar atención a la fuerte advertencia en las Escrituras de NO tomar nuestra salvación a la ligera o por sentado. ¡Depende de cada uno de nosotros individualmente asegurar nuestra propia salvación y no “quedarnos sin alcanzar” la vida eterna!

Así que, amados míos, tal como siempre han obedecido, no solo en mi presencia, sino ahora mucho más en mi ausencia, ocúpense en su salvación con temor y temblor. Porque Dios es quien obra en ustedes tanto el querer como el hacer, para Su buena intención. – Filipenses 2:12-13

Pónganse a prueba para ver si están en la fe. Examínense a sí mismos. ¿O no se reconocen a ustedes mismos de que Jesucristo está en ustedes, a menos de que en verdad no pasen la prueba? – 2 Corintios 13:5

Por tanto, temamos, no sea que permaneciendo aún la promesa de entrar en Su reposo, alguno de ustedes parezca no haberlo alcanzado. – Hebreos 4:1

Espero verlo en el Reino de Gloria celestial cuando Cristo regrese en el Día del Juicio. Amén.

ENSEÑANZAS FALSAS QUE ENCONTRARÁ:

  • Distorsiones de Mateo 24 (Discurso del Monte de los Olivos)
  • Establecer fechas para el regreso de Jesús
  • Premilenialismo Dispensacional
  • Posmilenialismo Dispensacional
  • Escatología moderna/popular (estamos esperando que se construya un “Tercer Templo”, o que ocurra primero la “Batalla de Armagedón”, o que surja la persona del “Anticristo”, o Gog y Magog, o “señales y prodigios” en los cielos, o el “Rapto Secreto”, o el período de la “Gran Tribulación de 7 Años”, y otras extrañas interpretaciones del libro de Apocalipsis, la “Marca de la Bestia” como implante de chip o tatuaje, etc. hasta el infinito parece… y todo falso)
  • Jesús ya regresó en el año 70 d.C. (ej: Preterismo)

ESCRITURAS RELACIONADAS:

Ese poder obró en Cristo cuando lo resucitó de entre los muertos y lo sentó a Su diestra en los lugares celestiales, muy por encima de todo principado, autoridad, poder, dominio y de todo nombre que se nombra, no solo en este siglo sino también en el venidero. – Efesios 1:19b-21

Porque un Niño nos ha nacido, un Hijo nos ha sido dado,
Y la soberanía reposará sobre Sus hombros.
Y se llamará Su nombre Admirable Consejero, Dios Poderoso,
Padre Eterno, Príncipe de Paz.
El aumento de Su soberanía y de la paz no tendrán fin
Sobre el trono de David y sobre su reino,
Para afianzarlo y sostenerlo con el derecho y la justicia
Desde entonces y para siempre.
El celo del Señor de los ejércitos hará esto. – Isaías 9:6-7

«Ya está aquí el juicio de este mundo; ahora el príncipe de este mundo será echado fuera. Pero Yo, si soy levantado de la tierra, atraeré a todos a Mí mismo». – Juan 12:31-32

Porque Él nos libró del dominio de las tinieblas y nos trasladó al reino de Su Hijo amado, en quien tenemos redención: el perdón de los pecados. – Colosenses 1:13-14

Porque nuestra ciudadanía está en los cielos, de donde también ansiosamente esperamos a un Salvador, el Señor Jesucristo, el cual transformará el cuerpo de nuestro estado de humillación en conformidad al cuerpo de Su gloria, por el ejercicio del poder que tiene aun para sujetar todas las cosas a Él mismo. – Filipenses 3:20-21

Jesús les contó otra parábola: «El reino de los cielos puede compararse a un hombre que sembró buena semilla en su campo. Pero mientras los hombres dormían, vino su enemigo y sembró cizaña entre el trigo, y se fue. Cuando el trigo brotó y produjo grano, entonces apareció también la cizaña». – Mateo 13:24-26

Por lo cual, puesto que recibimos un reino que es inconmovible, demostremos gratitud, mediante la cual ofrezcamos a Dios un servicio aceptable con temor y reverencia. – Hebreos 12:28

Vi entonces a un ángel que descendía del cielo, con la llave del abismo y una gran cadena en su mano. El ángel prendió al dragón, la serpiente antigua, que es el Diablo y Satanás, y lo ató por mil años. Lo arrojó al abismo, y lo encerró y puso un sello sobre él para que no engañara más a las naciones, hasta que se cumplieran los mil años. Después de esto debe ser desatado por un poco de tiempo. – Apocalipsis 20:1-3

«Entonces el reino de los cielos será semejante a diez vírgenes que tomando sus lámparas, salieron a recibir al novio. Y cinco de ellas eran insensatas, y cinco prudentes. Porque las insensatas, al tomar sus lámparas, no tomaron aceite consigo, pero las prudentes tomaron aceite en frascos juntamente con sus lámparas. Al tardarse el novio, a todas les dio sueño y se durmieron. Pero a medianoche se oyó un clamor: “¡Aquí está el novio! Salgan a recibirlo.”

»Entonces todas aquellas vírgenes se levantaron y arreglaron sus lámparas. Y las insensatas dijeron a las prudentes: “Dennos de su aceite, porque nuestras lámparas se apagan”. Pero las prudentes respondieron: “No, no sea que no haya suficiente para nosotras y para ustedes; vayan más bien a los que venden y compren para ustedes”. Mientras ellas iban a comprar, vino el novio, y las que estaban preparadas entraron con él al banquete de bodas, y se cerró la puerta. Después vinieron también las otras vírgenes, diciendo: “Señor, señor, ábrenos”. Pero él respondió: “En verdad les digo que no las conozco”. Velen, pues no saben ni el día ni la hora. – Mateo 25:1-13

Entonces oí una gran voz en el cielo, que decía:

«Ahora ha venido la salvación, el poder y el reino de nuestro Dios y la autoridad de Su Cristo, porque el acusador de nuestros hermanos, el que los acusa delante de nuestro Dios día y noche, ha sido arrojado». – Apocalipsis 12:10

Entonces vi un cielo nuevo y una tierra nueva, porque el primer cielo y la primera tierra pasaron, y el mar ya no existe. Y vi la ciudad santa, la nueva Jerusalén, que descendía del cielo, de Dios, preparada como una novia ataviada para su esposo. Entonces oí una gran voz que decía desde el trono: «El tabernáculo de Dios está entre los hombres, y Él habitará entre ellos y ellos serán Su pueblo, y Dios mismo estará entre ellos. Él enjugará toda lágrima de sus ojos, y ya no habrá muerte, ni habrá más duelo, ni clamor, ni dolor, porque las primeras cosas han pasado». – Apocalipsis 21:1-4

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Anderson, R. John. "4.7 El Reino De Dios." EachDay.org. Access date: diciembre 3, 2024. https://eachday.org/es/parte-iv-el-camino-de-un-cristiano/4-7-el-reino-de-dios/