¿Por qué se sublevan las naciones,
Y los pueblos traman cosas vanas?
Se levantan los reyes de la tierra,
Y los gobernantes traman unidos
Contra el Señor y contra Su Ungido, diciendo:
«¡Rompamos Sus cadenas
Y echemos de nosotros Sus cuerdas!».
El que se sienta como Rey en los cielos se ríe,
El Señor se burla de ellos.
Luego les hablará en Su ira,
Y en Su furor los aterrará, diciendo:
«Pero Yo mismo he consagrado a Mi Rey
Sobre Sión, Mi santo monte».
«Ciertamente anunciaré el decreto del Señor
Que me dijo: “Mi Hijo eres Tú,
Yo te he engendrado hoy.
Pídeme, y te daré las naciones como herencia Tuya,
Y como posesión Tuya los confines de la tierra.
Tú los quebrantarás con vara de hierro;
Los desmenuzarás como vaso de alfarero”».
Ahora pues, oh reyes, muestren discernimiento;
Reciban amonestación, oh jueces de la tierra.
Adoren al Señor con reverencia,
Y alégrense con temblor.
Honren al Hijo para que no se enoje y perezcan en el camino,
Pues puede inflamarse de repente Su ira.
¡Cuán bienaventurados son todos los que en Él se refugian!